Una reflexión sobre arte, máquina y pensamiento
Uno de los motores conceptuales sobre el cual esta actualmente trabajando Javier Marín es la inquietud —cada vez más presente en el medio artístico— frente al avance de las tecnologías de automatización y su impacto en los procesos creativos. Muchos escultores y artistas aún enfrentan con recelo la integración de estas herramientas, temiendo que el ser humano sea sustituido por la máquina en los procesos de creación.
Javier Marín, desde su experiencia y pensamiento artístico, no se limita a adoptar estas tecnologías, sino que las cuestiona, las confronta y las integra como parte de un proceso reflexivo, poniendo en evidencia sus límites frente a la naturaleza intangible del arte.
Así como los ángeles no se hacen visibles aunque uno observe el cielo con los telescopios más sofisticados, y así como los pensamientos no pueden localizarse ni visualizarse en un cerebro humano abierto a cirugía, el arte tampoco puede ser reducido a la materia, ni escupido por una máquina. El arte, en la visión de Javier Marín, se manifiesta en la intención, la duda, la memoria, el error, la emoción: elementos esencialmente humanos que ninguna automatización puede sustituir.
La invitación es, por tanto, a contemplar no solo el resultado material de un proceso escultórico, sino también el conflicto, la búsqueda y la conciencia del artista frente al uso de herramientas digitales y mecánicas. El gesto manual y el cálculo numérico conviven aquí en una tensión productiva, donde lo humano no desaparece, sino que se reafirma en la era de la máquina
Terreno Baldío Arte
Eduardo Mier y Terán
Director Fundador